24 agosto 2020, 10:00 | TUT.BY, Delfi.lt
El mundo no puede seguir jugando a doble banda con el régimen de Alexander Lukashenko, hay que aislarlo política y diplomáticamente, ha dicho la ex presidente de Lituania Dalia Grybauskaitė.
«Este régimen debe quedar aislado política y diplomáticamente. En relación con las autoridades de Belarús, no de su pueblo, se deben establecer sanciones no solo políticas, sino también egonómicas,» declaró Grybauskaitė a LRT.
La ex presidente acudió a Medininkai para participar en el acto de solidaridad “El camino de la libertad”.
«Este régimen debe saber lo que el mundo piensa de él. No podemos seguir jugando y estar en misa y repicando como ha hecho tantas veces Occidente, y nosotros. No podemos hacer como que vemos solo la mitad de las cosas, las relaciones económicas son importantes,» – ha declarado la ex presidente.
«Ahora, después de tal aplicación de la fuerza desproporcionada sobre su propio pueblo, la cual tarde o temprano será vista como una serie de crímenes contra la humanidad, pienso que no podemos seguir jugando con el régimen si queremos ser fieles a nuestra voluntad y al camino que hemos recorrido,» – ha dicho.
Después de que la Comisión Electoral Central belarusa haya anunciado que el presidente Lukashenko obtuvo un 80% de los votos en las elecciones, en Belarús empezaron las protestas. Las autoridades las están dispersando por la fuerza: ha habido alrededor de 7.000 detenidos, la gente habla de violencia y crueldad por parte de las fuerzas de seguridad. Hay tres víctimas mortales y cientos de heridos de distinta gravedad.
Grybauskaitė ha dicho que la ayuda de los lituanos es importante para los belarusos. Ha recordado que, cuando Lituania comenzaba su camino independiente, también necesitó ayuda de otros países.
«Para cualquier país es importante saber que no está solo. Y hoy queremos demostrar a los belarusos que no están solos,» – ha dicho Grybauskaitė antes del acto «El camino de la libertad».
Recordamos que en este acto participaron casi 50.000 personas que formaron una cadena humana de 32 km. Fue organizado el 23 de agosto, el mismo día que, en 1989, tuvo lugar el Camino báltico: una cadena humana desde Vilna hasta Tallin, en la cual hubo más de un millón de personas tomadas de las manos. Fue entonces cuando se envió al mundo el mensaje de que Lituania, Letonia y Estonia estaban dispuestas a librarse de la ocupación soviética y restablecer su independencia.