12 de agosto de 2020
Yo, el coronel retirado de las Fuerzas Militares Internas Zavadski Vasili Ivanovich, me dirijo a ustedes, hombres de uniforme.
Nuestro país, nuestro pueblo belaruso, está atravesando un punto de inflexión en su historia. La gente está cansada de las mentiras constantes, del caos, de las humillaciones. Los ciudadanos declaran alto y claro que quieren ser tratados como seres humanos. La gente se ha cansado del miedo y lo ha superado.
Nosotros, los hombres de uniforme, somos parte de la nación belarusa, una parte especial de ella. Hemos jurado servir a las personas con lealtad y fidelidad, protegerlas del caos, de las amenazas externas e internas. Proteger a la gente, no a los criminales en el poder.
Sabemos muy bien que, tanto durante el período electoral como hoy, la mayoría absoluta de los ciudadanos actúa dentro de los límites de la ley. Son las personas en el poder las que infringen la ley, los miembros de la comisión electoral, los agentes de la policía y el ejército.
No se requerían actos heroicos ni acciones extraordinarias de la camarilla gobernante. Solo tenían que llevar a cabo las elecciones de acuerdo con la ley. Pero han convertido este evento, un hecho común en cualquier estado normal, en una acción militar. ¡Una acción militar contra el pueblo de la República de Belarús!
Hoy el régimen decrépito está tratando de utilizarnos para lograr su objetivo principal: permanecer en el poder a toda costa. Todos somos personas razonables y entendemos que, incluso si el régimen logra mantenerse en estos días, pronto se derrumbará bajo la presión de los problemas económicos y sociales. Es obvio que el régimen ha perdido todo el apoyo de la sociedad.
En estas condiciones, pido a los hombres de uniforme que desobedezcan las órdenes ilegales y se abstengan de imponerlas a sus subordinados. A todos los que consideren el “honor” y la “dignidad” más que simples palabras, les sugiero que presenten una solicitud de alta citando cualquier motivo que consideren personalmente aceptable. Los miembros de la policía y el ejército que renuncien hoy o en el futuro cercano y que no se hayan manchado las manos de sangre con crímenes contra la población civil pueden estar seguros de que, bajo el nuevo gobierno, serán reintegrados con buenas perspectivas de carrera si desean volver a las fuerzas armadas y de seguridad.
Quiero hacer un llamamiento especial a los oficiales, los líderes de todos los niveles. Sean un ejemplo para sus subordinados: muestren respeto por la ley, el honor y la dignidad.
Los policías y el personal militar que luchen contra los manifestantes pacíficos mancharán su integridad y la de sus familias, y pueden ser despedidos con deshonor y procesados judicialmente.
La elección es clara y sencilla. La elección es nuestra. Demostremos calma, sabiduría y valentía. Actuemos de acuerdo con la ley y nuestra conciencia.