La historia de un detenido en las manifestaciones de Minsk
12 agosto 2020, 01:18 | BELSAT
Después del primer día de protestas el Ministerio del Interior de Belarús (Bielorrusia) contó dos millares de arrestos. En el segundo, tres mil. Uno de los arrestados, un joven atrapado por los policías antidisturbios en Minsk, ha dado su testimonio de forma anónima al corresponsal de Vot-tak.tv: ha explicado cómo lo arrestaron y qué le llamó la atención en la Oficina de Asuntos Internos del barrio Sovietskoye de la capital.
«Sin dar detalles de dónde y cómo me atraparon… Me arrastraron por el asfalto, y ya en el vehículo empezaron a golpearme con las porras. Hubo más cosas, pero no las voy a decir.
Precisamente a la Oficina de Asuntos Internos fue donde nos llevaron a todos y nos pusieron de cara a la pared, con las piernas abiertas a la altura de los hombros, las manos por encima de la cabeza. Trajeron a más gente y a muchos de nosotros nos tuvieron en esa posición desde las dos de la mañana hasta las dos de la tarde del día siguiente. Algunos llegaron más tarde, pero sobre todo por la noche, así que todos estuvimos así 8, 10, 12 horas.
Nos dieron para entre 40 y 60 personas dos o tres botellas de agua. Nos las íbamos pasando unos a otros. Una medida jodidamente buena para protegernos del coronavirus, beber cuarenta o sesenta de la misma botella. Todo esto ocurrió en el patio de la Oficina. En el mismo patio hay un baño seco ecológico, nos dejaban ir si lo pedíamos.
Nos vigilaron distintos trabajadores: al principio, los antidisturbios del OMON que nos habían traído, que son unos animales. También había maderos y gente de uniforme militar, que serían reclutas; esos eran los más normales, más educados, nos hacían algunos favores, nos trataban de forma más o menos humana. Después de un par de horas sacaron unos bancos para que se sentaran las chicas, que habría unas diez.
Source: Natalia Fedosenko, TASS / Forum via BELSAT
Al salir el sol, hacia las siete de la mañana, cada vez era más insoportable estar allí de pie, quemaba muchísimo. La gente se ponía enferma, perdía el conocimiento, a uno le tuvieron que llamar una ambulancia y se lo llevaron. Después empezaron a cambiarnos de sitio para que no todo el perímetro estuviera al sol. Pusieron a la sombra a los que estaban peor y no podían aguantar. Era una especie de sistema. Parecía un infierno en la tierra. Un verdadero infierno. Cuando salió el sol del todo, uno de los «chicos» nos permitió sentarnos en el asfalto de cara a la pared. Era uno de los reclutas, esos chavales tendrían 18 o 19 años. Ya al final, hacia las 12 del mediodía, nos dejaron sentarnos.
Después llegaron los policías antidisturbios y empezaron a meter a la gente en los vehículos de traslado de prisioneros sin cuidado ninguno, con brutalidad, para llevarla a Zhodino. Empezaron a poner a la gente en el suelo, boca abajo, y se la llevaron así mismo».
El muchacho que habló con nosotros se quedó en Minsk porque, pese a la brutalidad de la policía antidisturbios, los arrestados no cupieron todos en los vehículos. La detención tuvo lugar por la noche del 10 de agosto, y el joven fue liberado por la tarde del mismo día.
Documentado por Barbara Radziuk para Vot-tak.tv