14 agosto 2020 | The Washington Post, BBC NEWS
Dibujo con la imagen del presidente de Belarús Alexander Lukashenko, realizado durante la marcha del viernes en Varsovia-Polonia, en solidaridad con el pueblo bielorruso tras los resultados de las elecciones presidenciales en Bielorrusia (Kacper Pempel / Reuters)
TRAS SEMANAS de protestas pacíficas a los valientes bielorrusos simplemente les partieron la cabeza. Según los testigos, las fuerzas y servicios de seguridad del KGB durante la noche golpearon de manera brutal en brazos y piernas a los detenidos. El derramamiento de sangre, como último recurso de Alexander Lukashenko para permanecer en el poder después del fraude electoral, ha aumentado aún más las protestas no violentas en todo el país. Es la hora para que Lukashenko se vaya y para que Bielorrusia pueda honrar la dignidad de su pueblo con elecciones libres y justas
Las terroríficas historias de brutalidad policial en los centros de detención empezaron salir a la luz el jueves después de que se detuvieron a varios miles de personas durante las manifestaciones contra las elecciones presidenciales fraudulentas del 9 de agosto. El señor Lukashenko aseguraba que había obtenido 80 por ciento de los votos, pero la verdadera ganadora había sido la carismática líder de la oposición Svetlana Tikhanovskaya. Los hombres liberados de prisión comentaron que fueron golpeados con garrotes y puños, mientras que, las mujeres contaron que les propinaron palizas y fueron obligadas a desnudarse por completo mientras oían los gritos de otras víctimas.
Estos relatos de violencia sin precedentes, dieron pie a una nueva ola de protestas pacíficas en Bielorrusia el viernes. Las manifestaciones fueron una confirmación del descontento popular contra la dictadura de Lukashenko, que lleva en pie 26 años. En las enormes fábricas de tractores y automóviles de Minsk se anunciaron huelgas y los trabajadores exigieron la dimisión de Lukashenko, el cual en tono burlesco comentó que en dicha protesta solo 20 obreros habían participado y que minutos después «se dieron la vuelta y volvieron al trabajo». Completamente alejado de la realidad, tomando en cuenta que muchos videos demuestran que no solo miles de obreros sino también miles de personas salieron a las calles en Minsk y otras ciudades del país. Las cintas blancas, flores y globos se convirtieron en los símbolos de las protestas.
La principal líder de la oposición, Svetlana Tikhanovskaya, pidió poner fin a la violencia contra los manifestantes, así como instó a la organización de más mítines durante el fin de semana. Exhortó a los alcaldes de Belarús a organizar «reuniones pacíficas masivas» el sábado y el domingo, diciendo: «Los bielorrusos no querrán volver a vivir nunca más bajo el gobierno anterior. La mayoría no cree en su victoria».
Según Amnistía Internacional, las acciones contra los detenidos se describen como «tortura masiva»
Alrededor de 6.700 personas fueron detenidas y, como mínimo, dos personas fallecieron además de muchas otras que sufrieron lesiones distintas.
Dado que la UE se encuentra analizando las nuevas sanciones en contra del régimen, Bielorrusia ha prometido liberar a todos los detenidos. En un discurso en la televisión estatal, la Presidenta del Consejo de la República de Bielorrusia, Natalia Kochanova, anunció que el presidente había ordenado llevar a cabo una investigación de las detenciones masivas de manifestantes y que más de mil personas habían sido ya liberadas. «Todos los que siguen detenidos deben ser liberados el viernes por la mañana», anunció el viceministro del Interior Alexander Barsukov, que negó, sin embargo, la existencia de casos de brutalidad policial contra los encarcelados.
Cuando se permitió que los detenidos abandonaran el tristemente famoso centro de aislamiento de Okrestina, estos mostraron sus heridas. «Arrestaban a cualquiera sin motivo, ellos golpeaban a la gente brutalmente y en forma impune. Nos hicieron estar de pie en el patio toda la noche. Oímos que golpeaban a las mujeres. No entiendo tal crueldad», dijo un hombre mostrándole a la BBC cómo sangraba. Amnistía Internacional informó de que los detenidos contaron que fueron obligados a desnudarse por completo, les dieron golpizas y los amenazaron con violarlos. «Los detenidos que habían salido en libertad nos contaron que los centros de detención se convirtieron en cámaras de tortura donde obligaban a los manifestantes a tumbarse entre la mugre mientras la policía les daba patadas y porrazos», explicó Marie Struthers, directora de Admnistía internacional para Europa del Este y Asia Central. Según Amnistía Internacional, los centros de detención «se transformaron en cámaras de tortura».
Entre los testimonios oculares de detenidos que fueron liberados se encuentra Nikita Telizhenko, que publicó para el sitio web de noticias ruso Znak.com una devastadora crónica sobre los tres días que pasó en la cárcel.
Describió cómo había personas que yacían en el suelo del centro de detención unas encima de otras en un charco de sangre y excrementos. Se les prohibía ir al baño durante horas, no se les permitía ni siquiera cambiar de postura.
¿Qué va a hacer la UE?
Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE se reunieron el viernes para contemplar las posibles sanciones a imponerse a Bielorrusia en respuesta a las represiones. El bloque ya había introducido sanciones anteriormente, pero las suavizó hace unos años, cuando el presidente Lukashenko liberó a otros presos.
El primer ministro de la República Checa, Andrej Babiš ya había dicho anteriormente que las sanciones deberían imponerse «hasta que se celebren elecciones libres y transparentes en Belarús con la participación de observadores internacionales». Sus palabras fueron apoyadas por el representante de Polonia, Mateusz Morawiecki, quien dijo que el viernes propondría un plan de «solidaridad con Bielorrusia» en el parlamento polaco.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, apoyó imponer nuevas sanciones «contra quienes violen los valores democráticos o los derechos humanos».
La UE ya ha rechazado los resultados de las elecciones presidenciales por considerarlas «no libres e injustas», una evaluación respaldada por el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo. El presidente de Lituania declaró que Lukashenko ya no es el líder legítimo de Bielorrusia.
Al mismo tiempo, el ministro de Asuntos Exteriores Vladimir Makei dijo que su país está abierto a negociaciones «constructivas y objetivas» con otros países.
Alexander Lukashenko, que lleva en el poder desde 1994, fue declarado ganador por las autoridades electorales, pero los partidarios de Tikhanovskaya insisten en su victoria. Al anunciar los resultados finales el viernes, la Comisión Electoral Central declaró que Lukashenko había recibido el 80,1% de los votos, y Tihanovskaya el 10,12%, según informaron los medios estatales.
En su primera declaración en días, la principal candidata de la oposición dijo que, con el recuento de votos correcto, habría recibido un apoyo de entre el 60% y el 70%, en lugar del 10% que le concedió la comisión electoral.