La historia de la chica detenida y su fotografía «de moda»
20 septiembre 2020, 22:31 | Alesya Pesenka, LADY.TUT.BY
«Soy partidaria del estilo en cualquier situación», dice riéndose Aliaksandra Varabiova, de 23 años. Después añade más seria que para ella, como culturóloga diplomada y fotógrafa y estilista por vocación, la estética es una parte muy importante de la vida. Ayer la fotografía de la estilosa Aliaksandra que, con una sonrisa, se dirigía a un furgón policial acompañada por un antidisturbios, invadió los grupos de Internet más populares y se hizo viral rápidamente. TUT.BY encontró a la chica, que fue liberada ayer de la comisaría del distrito Maskowski y habló con ella de la reacción que causó la fotografía, el movimiento femenino, su estilo y su arresto.
«¿Qué puedo contar sobre mí misma? Nací en Minsk, me gradué de la Universidad Belarusa Estatal de Cultura y Artes, estoy casada, tengo un perro. Trabajo como manager de redes sociales y redactora de un sitio web. Estilizo fotografías, ayudo a mis clientes a elegir su ropa. A veces también hago modelaje para anuncios digitales. Mi estilo lo podría describir como retro-minimalismo. Siempre me visto así, incluso cuando salgo a pasear al perro o a comprar el pan. No me arreglé especialmente para la marcha, fui tal y como soy, aunque algunas chicas se pusieron prendas brillantes. Lo único que pensé fue que tenía que ponerme un abrigo, para no pasar frío si me detenían».
Ayer Aliaksandra se unió junto a una amiga a un grupo de protesta de la Marcha brillante en la Plaza Kamarówskaya. Las chicas llegaron al centro comercial «Iceberg», donde escucharon que habían empezado las detenciones: se llevaban a los moteros que habían acudido a apoyar la marcha femenina.
«Muy pronto, cerca del centro comercial, nos rodearon policías antidisturbios y hombres de uniforme verde oliva. Las chicas estábamos muy apretadas, y yo también fui empujada contra la pared. Los policías antidisturbios comenzaron a presionar, y en cierto momento me dio un poco de miedo que me arrasaran, pero la presión terminó rápidamente cuando comenzaron a arrancar a las chicas de la cadena», recuerda Aliaksandra.
«Todo el tiempo cantábamos, gritábamos, pedíamos que no nos tocaran. Luego, un hombre de uniforme anunció que no teníamos opciones, que todas seríamos detenidas, y que podría ser por las buenas o por las malas. Intercambié una mirada con mi amiga y entendimos que, por supuesto, iríamos por las buenas. Nos llevaron, si no las últimas, las penúltimas. Un policía antidisturbios se acercó y nos dijo: «Chicas, vámonos», y nos acompañó al furgón de forma bastante cortés. Yo llevaba a mi amiga de la mano, y el antidisturbios me sujetaba por el hombro. No me dolió físicamente, nadie me dobló los brazos. En cierto momento vi a la periodista y pensé que debería sonreír para tener una buena foto de recuerdo. Lo que no sabía era que publicarían la foto tan pronto y que se extendería tanto».
Después de que la fotografía apareciera en TUT.BY y otros medios de comunicación, el marido de Aliaksandra la llamó. La chica no había tenido tiempo de avisarle de su detención, aunque no le habían quitado el teléfono en el furgón y pudo contestar a la llamada.
«Esperaba que me soltaran, por eso no tenía prisa por avisar a mi marido o a mi familia. Pero resultó que se enteraron ellos solos: empezaron a verse inundados por los mensajes de amigos y conocidos que les reenviaban esa fotografía», relata la joven. «De hecho, afortunadamente, no había grandes motivos para preocuparse porque nos trataron correctamente. La actitud hacia las detenidas, en mi opinión, fue más bien burlona. Era evidente que no nos tomaban en serio, decían, en plan, qué quieres lograr con tus protestas con flores. Otros se quejaron de que ahora lo tenían difícil debido al acoso. Aunque personalmente, nunca he dicho o escrito nada ofensivo a ninguno de los agentes de policía».
A Aliaksandra y a su amiga las subieron a furgones diferentes, por lo que acabaron en comisarías distintas. Allí hablaron con la chica, le dieron una advertencia por escrito y le tomaron las huellas dactilares.
«Me preguntaron qué hacía allí. Yo les dije: «Estaba paseando», recuerda. «No utilizaron la violencia en absoluto. No sé, tal vez hasta cierto punto a los oficiales de seguridad les detiene la idea de su propia masculinidad, creo que los hombres que trabajan en esos cuerpos son muy patriarcales en sus puntos de vista. Lo más probable es que se avergüencen de golpear a las chicas, pero ,por otro lado, como muestra la práctica, hay a quienes no les importa. Pero siempre espero que una persona se esconda detrás de esa máscara, y generalmente a cualquier persona le desagrada golpear a otra».
La chica dice que a menudo escucha la opinión de que las acciones pacíficas de las mujeres tienen como objetivo proteger a los hombres que han sufrido violencia. Ella cree que esto no es del todo cierto.
«Las mujeres van a las acciones de protesta porque sienten la fuerza para cambiar algo juntas. No hemos salido simplemente «por los hombres», las mujeres quieren mostrar su solidaridad unas con otras, hacer ver su postura y juzgar lo que está ocurriendo en la vida política del país. No creo que el amor pueda vencer a la violencia, eso es una utopía. La violencia solo puede ser detenida por la cohesión, que se puede expresar de muchas formas: algunas salen con flores, otros escriben publicaciones en las redes sociales, otras personas hacen voluntariado junto a las comisarías. Lo importante es no quedarse indiferente».
Después de que soltaran a la joven, la recogió su marido. Aliaksandra cuenta que él está en contra de su participación en las marchas femeninas.
«No me dio miedo la comisaría, estaba moralmente preparada para pasar unos días en Akréstsina, para que me juzgaran, etc. Creo que tuvimos mucha suerte de que lo de ayer acabase como acabó».
«Después de mi liberación, vi mi foto en la Web y la publiqué en mi perfil de Instagram. Estoy muy contenta de que haya versiones de la fotografía con la inscripción Vogue y varias muestras de arte popular sobre el tema. En general, se considera que la moda y el estilo son algo artificial, poco sincero, pero, de hecho, son la propia vida en su manifestación más brillante».
La chica está orgullosa de su perfil de Instagram: lo desarrolla de forma planificada, publicando en él los resultados de su trabajo como estilista, fotógrafa y modelo. Dice que suele compartir con sus suscriptores, de los cuales tiene más de 10 mil, sus pensamientos sobre estética, «temas femeninos» y estilo, pero desde junio comenzó a expresar activamente su opinión sobre los acontecimientos políticos del país.
«Sé que no es un público tan amplio, pero realmente me agradan mis seguidores. Son personas muy solidarias con las que me interesa comunicarme, me gusta compartir mi trabajo con ellos. También es una herramienta comercial importante, porque la mayoría de mis clientes de fotografía o estilismo me encuentran a través de Instagram».
También en Instagram Aliaksandra, junto a su amiga Volga Bigel, desarrolla una marca de moda femenina llamada SEPARATIO.
«Mi amiga y yo somos muy similares tanto en tipo de cuerpo como en carácter. A menudo escuchamos que somos demasiado complicadas, que somos unas mujeres poco «cómodas». Una vez su novio le dijo: «Volga, ¡eres demasiado separativa!» Cuando me lo contó, yo exclamé: «¡Eso es estupendo!» Y así entró en el código genético de nuestra marca, porque refleja nuestra cosmovisión. La separación es la independencia de un hijo frente a sus padres. Se considera que el hijo no puede desarrollarse como persona y hacerse verdaderamente mayor hasta que se haya separado psicológicamente de mamá y papá. Además, nosotras apoyamos las ideas feministas de separación de la opinión masculina que se intenta imponer, de la presión. Para nosotras, el feminismo es, ante todo, libertad, elección, riesgo y desarrollo».
Las dos jóvenes crean prendas sencillas y clásicas: trajes de pantalón y vestidos con un toque retro, como le gusta a Aliaksandra.
«Desde más o menos los 16 años, a través de experimentos, me di cuenta de que me gusta este estilo en particular y comencé a experimentar con él. Sé que no a todo el mundo le gusta lo retro, algunos dicen que mi estilo es extraño, pero no me importa. Como me expreso a través de él, me siento cómoda y real con esa ropa. Algunos escribieron en las redes que con mi aparición en las acciones traté de llamar más la atención, crear expectación y demás, pero lo cierto es que voy así todos los días. Solo tenemos una vida, y quiero que la belleza esté presente en ella todos los días y no solo en las ocasiones especiales».