Los padres sobre la detención de los escolares en las calles de Minsk
2 febrero 2021 | Rebenok.by
El 31 de enero en Minsk de nuevo detuvieron a la gente en masa, y muchos confesaron que no habían participado en ningunas acciones. Entre los detenidos había incluso los escolares que pasaban por ahí. Alejándose del estrés, los padres nos contaron los detalles de cómo sus hijos terminaron en el Departamento del Interior el fin de semana.
«Los hombres estaban sentados en los asientos y las niñas en el suelo»
Katsiaryna considera que su hija junto con otros adolescentes este domingo «literalmente fue secuestrada a plena luz del día». Las alumnas fueron al centro de la ciudad para ir al rastro en el centro cultural «Korpus» en la calle Masherava. Desde allí iban caminando a lo largo de las vías del tranvía hasta la estación de metro «Ploshcha Peramohi» para ir a McDonald’s.
«Todas son de 15 años. Estaban bajando al metro cuando vieron a unos hombres con pasamontañas corriendo tras ellas. Las chicas, por supuesto, también se echaron a correr, bajaron a los torniquetes», relata Katsiaryna la situación según lo había contado su hija. «Los hombres vestidos de civiles, sin identificación, agarraron a las chicas y las metieron en una furgoneta. Les quitaron los teléfonos enseguida, solo una chica logró esconder el suyo».
Los empleados del metro no reaccionaron de ninguna manera ante la detención de las adolescentes, se sorprende la madre. Primero hicieron subir a las chicas a un minibús, donde «los hombres con pasamontañas tomaron los asientos y a las niñas las sentaron en el suelo». Del minibús las trasladaron al furgón policial en el que ya fueron llevadas al Departamento del Interior del distrito de Frunzensky de Minsk.
«En una “célula” de 2 plazas iban 5 personas. Al llegar al Departamento del Interior, primero dejaron a las chicas en el auditorio. La interrogación fue oral, las fotografiaron. Luego, por lo que entiendo, vinieron unas mujeres de la inspección de asuntos de menores y llevaron a las niñas a otra oficina. Allí les devolvieron sus teléfonos y dejaron que las chicas llamaran a sus padres», dice la madre.
En el acta que nos envió Katsiaryna a la redacción se menciona que el monitor de la Inspección de Menores del Departamento del Interior del distrito Frunzensky de Minsk efectuó la entrevista en presencia de un representante legal, un maestro y un psicólogo, pero la interlocutora lo niega. Según ella, fue informada sobre la detención de su hija al terminar la entrevista.
«Al llegar allí, pregunté: ¿quién les dio el derecho a realizar acciones con menores sin representación legal? A lo que me contestaron de mala manera, ¿y por qué sus hijas de 15 años pasean por la ciudad solas? Me indigné que si debía atarla una correa a una niña de 15 años. Insistían que la hija debía estar conmigo».
En el Departamento del Interior a Katsiaryna le dijeron que toda la información sobre las adolescentes será pasada a la Comisión de Asuntos de Menores, y a los padres pueden imponerles «sanciones administrativas» por no haber cumplido bien obligaciones parentales. De que iniciaron un procedimiento la madre se enteró de los maestros.
«Ya vinieron al cole del hijo menor de su circunscripción para preguntar qué familia somos, cómo son los hijos. Y mi hija estudia en otro cole, en un liceo en el centro de la ciudad. Me dijo la maestra que ayer llamaron a la escuela y exigieron con urgencia las características de las niñas, nuestra tutora los hizo rápido».
Katsiaryna dice que su hija ha experimentado un estrés severo, aunque ella misma es «una niña fuerte y atrevida». La detención inesperada del domingo asustó mucho a las adolescentes.
«Al principio empezamos a buscar testigos, queríamos encontrar grabaciones de cámaras, pero hoy decidimos: ¿por qué debemos justificarnos? ¡Nuestras hijas fueron secuestradas! Hasta ahora estamos pensando cómo en tal situación proteger los intereses de las niñas».
«Las atemorizaron de tal manera que la hija apenas regresó a casa»
El director de cine Paval Nedzvedz compartió con nosotros otra historia sobre la detención del domingo. Ese día se encontró con su hijo Timur, de 13 años, en la estación de metro Kastrychnitskaya. El adolescente regresaba del rodaje de la serie de Yauvgen Kryzhanousky a donde va los fines de semana desde hace dos años. El joven actor tiene un portafolio, es famoso por la película «Kupala» en la que hizo el papel del poeta joven.
El padre y el hijo comieron en McDonald’s y se dirigieron por la avenida hacia la estación del ferrocarril para que el niño se fuera a casa en tren de cercanías a la ciudad de Zaslavl. En el camino, se detuvieron un poco al encontrarse con los amigos.
«De repente, un minibús se paró cerca de nosotros, de él bajaron unas personas vestidas de negro y agarraron a mi amiga. Por supuesto, me puse a preguntarles qué pasaba, porque no hicimos nada, no hubo mítines alrededor. Uno de ellos señaló a mi hijo, que se lo llevaban también. Le dije que no le dejaría ir a ningún lado, que tenía solo 13 años, y un hombre con una mueca me dijo: “Bueno, acompáñenos también”».
Paval contó que durante algún tiempo él, su hijo y otros detenidos viajaron en el minibús, los hombres bromearon diciendo que era «un tipo de giro por la ciudad». En el Departamento del Interior del distrito Frunzensky los detenidos fueron llevados al auditorio. El interlocutor señala que a él y a su hijo no les dejaron hablar y tampoco ir al baño durante mucho tiempo.
«Dijeron que si estuvieramos en el ejercito, no nos quejaríamos. Éramos unas 15 personas sentadas en el auditorio, una chica estaba llorando. Miré a mi hijo y vi que a él también se habían humedecido los ojos, le temblaban las rodillas. Comencé a tranquilizarle para que no se emocionara. Que si ya no pegaban a nadie y que todo estaría bien conmigo, cumpliré condena y saldré. Y, por supuesto, comencé a exigir que le dejaran al niño de inmediato ir al baño. Lo dejaron».
Después el hombre fue registrado, interrogado, fotografiado y grabado en vídeo, y le exigieron que mostrara su teléfono.
«Regresamos al auditorio y yo estaba bastante seguro de que nos dejaban ir. Pero llegó la orden de registrar a mi hijo. Les pregunté, si era legal. Ellos respondieron que solo “echarían un vistazo”». Hurgaron en la mochila, sacaron el uniforme escolar y los manuales y exigieron mostrar el teléfono también. Pero me negué rotundamente a desbloquear el teléfono de mi hijo, ni siquiera yo reviso su correspondencia personal.
Según el padre, más tarde él mismo fue llevado a otra conversación, y en ese momento hablaron con el hijo. Claro, Timur desbloqueó su teléfono, donde los policías encontraron unas fotos de protestas en la carpeta «Eliminado». El padre dice que durante algún tiempo los inspectores de asuntos de menores seguían hablando con su hijo, pero ya en presencia de su madre (ella también fue citada al Departamento del Interior).
«El pobre Timur ya estaba allí fuera de si, le dolía mucho la cabeza. Levantaron unas actas, dijeron que fichaban a mi hijo en la inspección para asuntos de menores. Advirtieron que los inspectores vendrían al cole y a nuestra casa. Dijeron que el niño iba “un camino resbaladizo”, que ahora “tendrá una vida agitada” y que “no tendrá acceso a ningún centro docente”. En total, le atemorizaron al pequeño de tal manera que apenas llegó a casa, se acostó a dormir».
El padre cree que para su hijo fue, quizás, la experiencia más traumática de su vida.
En el cole Timur aún no ha notado ninguna presión, pero a la casa donde está empadronado llegó un inspector (la familia no vive allí). Explicó que necesitaba obtener más información sobre el adolescente y su familia, y prometió ir al domicilio actual. Los padres no saben cómo terminará esta historia y cuáles pueden ser las consecuencias, y esta incertidumbre asusta más.