11 febrero 2021, 14:44 | NN.BY
El 9 de febrero son seis meses desde las elecciones presidenciales en Belarús. Usted, ciudadano Lukashenka, las había perdido, pero no tuvo fuerzas y ni coraje para reconocer su fracaso e irse con dignidad, como es costumbre en el deporte. Durante estos 6 meses, los belarusos han superado muchas cosas: disolución de manifestaciones pacíficos con granadas aturdidoras, fusilamientos con balas de goma y municiones activas, torturas en la prisión en la calle Akrestina, desapariciones sin rastro de los reclamantes, asesinatos de los manifestantes, «visitas de la muerte» a los patios belarusos por parte de Baskau, Eismant y sus otros lameplatos.
He dedicado 20 años de mi vida, actuando por la selección nacional y defendiendo el honor de mi país. 20 años de lucha honesta, tensa y muy difícil, de lucha contra mi misma, contra los rivales, contra el dolor y la desilusión, de lucha parecida a un maratón, con sus altibajos. Los deportes me enseñaron a respetar a los rivales, los derechos de los competidores, a ser misericordioso con los más débiles y a no rendirme nunca en mi lucha.
Durante los últimos seis meses nuestro pueblo belaruso está superando su maratón, un maratón de lucha contra la violencia, las torturas, las humillaciones y las muertes. Y más que nunca me duele ver cómo por expresar su postura civil se priva a la gente de su derecho al voto, libertad y, a veces, la vida.
Y lo más importante, toda esta pesadilla nacional tiene un nombre, y es usted, Aliaksandr Lukashenka. Defendiendo su trono y su seguridad, usted, ciudadano Lukashenka, no repara en ningún medio. No tiene principios morales. Está oprimiendo y exterminando a su pueblo, pensando que le ama. Y el pueblo le odia y le pide que se vaya lo antes posible.
Usted hace muchas promesas, pero nunca las cumple y nunca responde por sus palabras. Se agarra al poder con todas tus fuerzas, a pesar de que sus manos ya están cubiertas de sangre. Extermina a los que piensan diferente o no están de acuerdo.
Ha destruido casi todas las industrias del país, asignando a los cargos no a los profesionales, sino solo a los que saben acordar, asentir y cumplir sus órdenes personales.
¿Con qué futuro pueden soñar los belarusos cuando cientos de miles de personas han abandonado el país durante las últimas dos décadas? Los mejores, talentosos y valientes se fueron del país, porque no pudieron aceptar sus groserías, crueldad y falta de principios.
En el deporte, al haber perdido una prueba de natación o una carrera, un partido o un maratón el atleta preserva la dignidad y se prepara para las próximas competiciones. Mientras tanto usted, al haber perdido las elecciones y no asumir su derrota, se convierte en estigma del país, en un estigma sangriento.
Hoy en Minsk ha comenzado la tal llamada «Asamblea Popular de Belarús», otro ejemplo de la cínica violación de los derechos de los belarusos y de burla de la voluntad del pueblo.
Mientras en las avenidas, patios y rellanos están correteando los policías vestidos en civil sin identificación que están secuestrando, torturando y matando a los paisanos, usted, ciudadano Lukashenka, imita el «juego» de la democracia y miente descaradamente a la cara del pueblo. Todo ocurre en sus mejores costumbres.
A los delegados del congreso les reunieron con amenazas de multas y reducción de grado, amenazas de despido y persecución penal. ¿Quiénes son todas esas personas en la asamblea? Son rehenes del sistema, rehenes del directorios, rehenes de la situación: no representan a nadie, ni siquiera a ellos mismos, y usted, ciudadano Lukashenka, está mintiendo sobre el «diálogo con el pueblo», como siempre ha mentido.
Ciudadano Lukashenka, ni siquiera nos conoce ni representa. No nos asustaron las granadas aturdidoras, los secuestros por sus policías disfrazados, las porras ni las balas de goma de los violadores con pasamontañas negros, las multas ilegales ni los casos penales que se les ve el rabo rojo y verde de los investigadores y fiscales. No nos intimidará ni doblegará más. Usted afirma que irá hasta el final. Pues debe saber: nosotros tampoco estamos hechos de cartón, y también sabemos ir hasta el final, lo que hemos demostrado más de una vez, arrebatando victorias para nuestro país a los rivales más fuertes. Ganaremos esta vez también, porque la verdad y la justicia están de nuestro lado.
Espero sinceramente que en la asamblea organizada por usted bajo amenazas de despido y presión, el pueblo belaruso escuche de usted las palabras más esperadas para todos: «Me voy». Esto será lo mejor que puede hacer por Belarús.
Aliaxandra Herasimenia, triple medallista olímpica, campeona de Europa y del mundo, presidenta del Fondo de Solidaridad Deportiva de Belarús.