Madres de los niños con cáncer se dirigen al ministro: «Tira a los médicos como basura»

Tumor en el centro oncológico infantil

30 Noviembre 2020, 21:02 | Tatsiana Bublikava, Naviny.by
Source: Naviny.by

El 30 de noviembre, los padres de los pacientes del Centro científico-práctico republicano de oncología, hematología e inmunología infantil en el pueblo de Barauliany comenzaron a reunir firmas bajo una circulación al Ministro de Sanidad, Dzmitry Pinevich. Exigen poner fin a la presión política sobre los médicos «por la vida y la salud de nuestros hijos».

El conflicto político entre los médicos del centro y el Ministerio de Sanidad resultó en el súbito despido de la directora del Centro Oncológico infantil Natáliya Kanapliá, quien se negó a deshacerse de los empleados incómodos para el poder. Según los trabajadores del Centro Científico y Práctico Republicano de Oncología, Hematología e Inmunología Pediátrica, las autoridades amenazan con cerrar el centro, y los niños deberán desplazarse hasta Moscú para recibir el tratamiento si la resistencia de los médicos no cesa. Una parte de los médicos habían dimitido en protesta contra la violencia y en solidaridad con la ya ex directora.

Se trata de un centro de salud de vanguardia, el único en el país a donde llevan a los niños para combatir la muerte no solo de todo el país, sino también desde el extranjero. En otras regiones de Belarús no hay ni especialistas, ni equipamiento de nivel correspondiente. A menudo, los niños vienen aquí en un estado crítico, debido al hecho de que los médicos locales no pueden determinar bien la enfermedad y están curando de otras cosas.

Y hoy en día las autoridades están optando por mantener su poder ante las vidas infantiles.

El 23 de noviembre, entonces el Ministro interino de Sanidad, Dzmitry Pinevich, nombró a la nueva directora del Centro científico-práctico republicano, supuestamente, leal al poder, Angélica Sontsava. Para los empleados y la anterior jefa del Centro, este hecho fue una gran sorpresa. Ahora los médicos no tienen la misma seguridad que antes frente al Ministerio.

Los padres de los pacientes del centro quieren proteger a sus médicos salvadores contra la presión de la administración y el poder, la persecución y despidos. Por lo tanto, están recogiendo las firmas bajo un llamamiento conmovedor, emocional y veraz.

Sobre la situación en el centro médico Naviny.by hablaron con los lados de esta historia: una madre de un pequeño paciente, las directoras actual y anterior y un especialista despedido.

«¿Qué sentido tendría este hospital si se deshicieran de todos los médicos?!»

El hijo de Ksenia Lomysh recibe el tratamiento en el centro oncológico por leucemia aguda durante dos años. Su médico hematólogo-oncólogo se fue del área policlínico del hospital por razones políticas.

Source: Naviny.by

Ksenia firmó la circulación al ministro y explicó las razones:

«Por alguna razón, en nuestro país, a los especialistas del mismo nivel son habas contadas. Y en general, trabajan en nuestro centro en Barauliany. Llegamos aquí en 2019, el número ordinario de nuestra historia clínica era 864, y sólo este año, más de tres mil niños fueron atendidos en el ambulatorio de este hospital, y no hay médicos suficientes. ¿Qué está pasando ahora? La médica que nos observaba, Iryna Sharafanovich, se vio obligada a dimitir. Era una especialista de primera clase. Nuestro hospital perdió a un hematólogo más, ¡y eso cuando no hay suficientes!

Mi conocida vive en la ciudad de Biaroza, ella con su hijo deben desplazarse a Barauliany, porque ni en Biaroza ni en Brest no hay especialistas en absoluto. Todo se centra en este hospital oncológico.

¿Qué será de este hospital si se deshacen de todos los médicos?»

Los comentarios de Ksenia sobre el centro son muy positivos: «Es un hospital muy bueno con equipos modernos, y esto se debe únicamente a los esfuerzos de la ex directora. Dispone de un laboratorio único de biotecnología genética, que es una esperanza peculiar para los niños irremediablemente enfermos. Un laboratorio semejante funciona en España. Y la tenemos sólo gracias a los esfuerzos de los médicos. Por lo tanto, también es muy importante que los médicos se queden, para no echar en saco roto esta iniciativa, para que nuestros hijos no mueran».

«¿De qué presión sobre los médicos está hablando?»

En su circulación los padres dicen: «En lugar de un diálogo constructivo con los médicos que expresan su posición, solo vemos solo manipulaciones con la responsabilidad médica y presión hasta el despido. Los médicos que trabajan en el centro no son productos desechables. Son especialistas únicos con experiencia en uno de los campos más complejos de la medicina».

Contactamos a la nueva directora del centro, Angélica Sontsava para pedirla comentarios. Aquí reproducimos nuestra conversación.

«¿ De qué presión sobre los médicos quieren saber? Trabajamos con normalidad, hasta la fecha no hay un solo despido. ¿De qué presión sobre los médicos están hablando?»

«Hay información sobre 16 solicitudes de despido»

«Para que no sea por teléfono, venga y hablaremos. En algunos medios de comunicación se filtró información falsa sobre las solicitudes… Es información falsa. No las había ni las hay».

 «Si el gobierno le pide que despida a los disconformes, ¿lo hará?»

«¿Me oye o quiere provocarme? Venga y vamos a tener una conversación tranquila».

Fin de la conversación».

La ex directora del centro, Natáliya Kanapliá, se negó a comentar algo, señalando sólo que «el llamamiento colectivo al ministro es el derecho de los padres, son libres de hacer lo que crean conveniente».

«El alma duele por los pacientes, pero no puedo patrocinar la violencia y aceptar que los médicos se dispersen como basura»

El hematólogo-oncólogo Iryna Sharafanovich, la médica retirada del centro oncológico que observaba al hijo de Ksenia Lomysh, contó a  Naviny.by cómo tomó una decisión tan difícil.

Iryna tiene una experiencia total de 30 años, posee la categoría de calificación más alta y trabajó en el campo de hematología por 12 años. Presentamos su historia en primera persona:

«La muerte de Ramán Bandarenka fue la última gota. Inmediatamente después de eso, nos enteramos de los resultados de la conversación de la jefa de nuestro centro con el Ministerio de Sanidad, fue el 13 de noviembre. La reunión fue sobre la carta contra la violencia y la detención masiva de los médicos que salieron a las protestas. La carta fue firmada por 200 médicos de nuestro centro, exigiendo promover el diálogo del Ministerio de Sanidad con los médicos, dejar de detener y despedir a los médicos.

Y nos respondieron: nuestra carta no es más que una provocación, no llevará a nada, y el Ministerio de Sanidad seguirá haciendo lo suyo. ¿Qué les falta? Les pagan el  sueldo, la situación en las regiones y en Mogilev es aún peor. No hay personas que no puedan ser sustituidas… Así se lo dijo a nuestra superior. Hasta que el centro lo podían cerrar, si los médicos continúan participando activamente en las protestas, y a los niños les llevarían a Moscú. Pueden cerrar el área diagnóstico de tomografía computarizada (muchos empleados fueron detenidos en las protestas): hace dos años no lo había y se empeñaba la gente. Que no pasa nada, prepararemos a nuevos especialistas.

Además, a partir de diciembre, nuestros sueldos iban a bajar debido a que se necesita el dinero para cubrir los gastos de las estructuras de poder. Nos dijeron que del presupuesto será asignado el dinero para las estructuras de poder, porque son más necesarias. Me sorprendió. Y también la muerte de Ramán Bandarenka…

Mira, no puedo trabajar para los que propagan la violencia. Cuando veo cómo están pegando a los detenidos, cuando veo los diagnósticos y las muertes violentas, todo me duele dentro. No puedo soportarlo. No puedo prestar atención médica de manera adecuada, porque mi cerebro y mi mente están en un estado anormal, tengo miedo de equivocarme, tengo miedo de hacer daño. Estoy dispuesta a ayudar a los enfermos, a los heridos, pero a pagar impuestos a los que propagan la violencia está fuera del lugar…

Si nos hicieran caso, porque esta no es la primera carta, si vinieran a dialogar con nosotros. Pero nadie lo hizo.

Después de escribir la solicitud de dimisión, no me había retirado de inmediato. Hasta el 26 de noviembre tuve tiempo para pensar y alejarme de las emociones. Pero el 23 de noviembre despidieron a nuestra directora Natáliya Kanapliá. Fue despedida específicamente por motivos políticos, porque, contrariamente a lo solicitado por el Ministerio de Sanidad, no despidió a nadie que fuera detenido. Y el 26 de noviembre tomé la decisión de irme.

Mi colega Nadzezhda Piatrouskaya, la jefa del Área, dimitió en cuanto se enteró del despido de Kanapliá. La nueva directora, Angélica Sontsava, no le dijo ni una sola palabra, inmediatamente firmó su solicitud. Porque Piatrouskaya fue detenida y yo fui detenida.

Estoy solidaria con Natáliya Kanapliá, es una oncóloga de primera clase, una directora maravillosa, que estaba completamente a la altura de la posición que ocupaba. Es una mujer que había trabajado toda su vida en oncología pediátrica. ¿Y así, de un solo golpe quitarla?

Sí, entiendo que hay pacientes, el alma duele por ellos… Pero no estoy preparada para adaptarme a esta situación en la que los médicos se dispersan como basura, y me solidarizo con eso. Es así, porque están despidiendo también a los médicos de otros.

Estoy convencida y vivo de acuerdo con este principio: un médico puede prestar atención médica calificada sólo en condiciones de respeto del derecho médico y con la libertad de pensamiento del médico. Y no me siento segura en el trabajo. A mis compañeros de trabajo les llevaron a la policía. Y esto significa trabajar en una situación de suspensión del Derecho. Un médico no puede prestar atención médica calificada mientras está bajo presión. Mi objetivo es transmitir la información completa al paciente, y no ocultar datos, estadísticas, disponibilidad de medicamentos».


Llamamiento colectivo de los padres al Ministro de Sanidad de la República de Belarús Dzmitry Pinevich

Al Ministro de Sanidad de la República de Belarús Pinevich D. L.

De los padres de pacientes del Centro científico-práctico republicano de oncología, hematología e inmunología  

Petición colectiva

Nosotros, los abajo firmantes, padres de los niños con cáncer, estamos conmocionados e indignados por el despido y persecución de nuestros médicos por razones ajenas a su desempeño profesional. Le insistimos que Usted siendo la persona personalmente responsable de la sanidad de Belarús y, en definitiva, de la salud de la nación, haga todo lo posible para preservar los equipos médicos y darles la posibilidad de curar a nuestros hijos sin temor por sus vidas y su libertad.

Lamentablemente, actualmente todos somos testigos de que los trabajadores de la salud son despedidos y detenidos en todas las partes, castigados por su postura humanista. Pero sin este credo, es imposible prestar una ayuda médica verdadera. Este credo motiva al médico a permanecer en la profesión a pesar del pago muy mediocre de su trabajo, la alta carga de trabajo y los riesgos asociados con su propia salud, especialmente ahora, en el período de la pandemia.

Y Usted, Dzmitry Leanidavich, está desparramando el personal médico altamente calificado como si fuera una basura, mientras que está en su poder brindarles apoyo colegiado, administrativo y humano.

Por razones poco claras, la directora del Centro Científico y Práctico Republicano de Oncología, Hematología e Inmunología Pediátrica Natáliya Kanapliá, una oncóloga altamente calificada de renombre mundial, una de las especialistas únicas con experiencia en oncología del sistema nervioso central, fue despedida. En lugar de un diálogo constructivo con los médicos que expresan su posición, solo vemos la manipulación con la responsabilidad médica y presión hasta el despido. Los médicos que trabajan en el centro no son producto desechable. Son especialistas con experiencia única en uno de los campos más complejos de la medicina. ¿Alguna vez le ha hecho a un niño de 2 a 3 años una punción lumbar sin anestesia? ¿Y una punción de médula ósea ilíaca? ¿Esternones? Cada especialista con una gran práctica vale el peso en oro: de su habilidad depende cuán doloroso sea el procedimiento y cuán efectivo sea el tratamiento, y en el caso de la oncología pediátrica todos los días, cada paso siguiente le cuesta a una persona un esfuerzo enorme, casi heroico. Los médicos realizan una pequeña hazaña todos los días acompañando a sus pequeños pacientes valientes porque ese es su trabajo. En sus manos están las vidas de aquellos que en este mundo aún no han tenido tiempo de vivir, pero ya están mirando la cara de la muerte. ¿Es que no puede apoyarlos en esta vocación tan dura y difícil pero tan importante?

Dzmitry Leanidavich, ¿cómo hemos llegado al punto en que las personas que luchan por la supervivencia de los niños, por sus vidas largas y satisfactorias, se encuentran humilladas, arrojadas a la calle después de muchos años de servicio ininterrumpido, arrojadas a las cárceles donde se infectan con el coronavirus? ¿Para qué? ¿Cuál es la ventaja que espera obtener al hacer alarde de sacrificar la salud de nuestros hijos por un beneficio coyuntural? ¿Qué podría ser más importante para Usted como Ministro de Sanidad?

Pedimos que se ponga fin a los despidos y a la persecución de los médicos para preservar la institución médica única y la noción de humanidad en la medicina. Y en primer lugar, por la vida y la salud de nuestros hijos.