16 octubre 2020 | BYHelp-Mediagroup
Dedicado a todas las mujeres libres y valientes de Belarús. Para recordar y enorgullecernos de todas y cada una de ellas, que hacen todo lo posible para enfrentarse al mal que campa a sus anchas en nuestra tierra. Las mujeres, aunque se arriesgan todos los días a acabar entre rejas, a pesar del dolor que han sufrido, siguen saliendo a las calles de sus ciudades para mostrar la fuerza de la belleza y el amor.
Autoras: Anna Zlatówskaya, Ksiéniya Ióntsava, Aliena Bandarenka, Viktóriya Yefimova
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Texto del vídeo:
Mamá: esta es la vida que tenemos: Mirar las listas, o escribir desde el furgón que te hacen falta unas pastillas, y en qué comisaría estás, si te da tiempo. No me han pegado, estoy casi bien.
Y cuando sales de casa, dejas tres platos de comida al gato. ¡Tres! Las llaves, a la vecina. Solamente un pensamiento: llevarte o no llevarte contigo el teléfono.
Hija: esta es la vida que tenemos. Menos mal que no te han pillado. A mí me han retorcido el brazo, pero más me duele el corazón. No lo dudes, llévate el bloqueador. Dale de comer al gato. Y no te olvides, haz la colada. Yo que creía que volvería a casa… ¿Cómo he podido ser tan inocente cuando en el país manda un usurpador?
Amiga: esta es la vida que tenemos. Ayer estábamos de broma todavía: que hemos dejado de vernos en la cocina con las charlas y el vino. Ahora hay multitudes, y flores, y gritos. Y hoy te han secuestrado, y salvarte no he podido…
Abuela: esta es la vida que tenemos. Tú que aún recuerdas la guerra y sus ecos, y la llama del odio que aún hoy arde, los campos de concentración, el hambre.Y bajo la manta\Nno hacías más que llorar, pedías a tu madre: trae un poco de pan. Pedías a los cielos:\Nque llegue la victoria, borrar el fascismo, y olvidar el terror.
Ahora han vuelto, abuela. Perdón.
¿A quién culpar? Y la respuesta es el silencio. ¿Qué hacer? Eso lo sabes. Lo sabemos…
Amiga, hermana, tía, madre hija, vamos hombro con hombro. Llevamos las pancartas y las flores, sonrisas, lágrimas… Y sí, temores.
«Voy en furgón, en casa no me esperes»…
El mismo sueño en nuestro corazón: que desde el día en el que cambió todo nada haya sido en vano.
¡Y vamos a ganar!
Mejor: ya hemos ganado.
Calles sin guerras, calles sin heridas.
Eso es lo que esperamos todas juntas:
Porque ahora en Belarús así es la vida.