15 de agosto de 2020, 15:40. TUT.BY
El 10 de agosto por la noche, Andrei Vitushko, un médico urgenciólogo, fue detenido junto al Departamento del Interior del distrito Central. Allí llegó junto a su esposa para recoger a su hijo Miron, al cual se había llevado la policía antidisturbios. Andrei pasó más de tres días en el centro de prisión preventiva de la calle Akrescina, en la celda junto con Vladislav Sokolovsky, quien puso la canción famosa «Peremen» (“Cambios”, canción de protesta – comentario del traductor) en un evento oficial, por lo que el tribunal lo condenó a 10 días de arresto administrativo. La mitad de ellos, según comentó Vladislav a Andrei, los pasó en la sagena. A la celda le habían trasladado simplemente en calzoncillos.
Andrei Vitushko es urgenciólogo pediatra, doctor en Ciencias Médicas. El 10 de agosto por la noche los agentes antidisturbios habían detenido a su hijo Mirón de 16 años. Junto con su esposa Kristina, llegaron al Departamento del Interior del distrito Central de Minsk para averiguar dónde estaba su hijo y recogerlo. En cambio, ellos mismos fueron detenidos.
– Además de nosotros se llevaron a otra docena y media de personas. Estas personas también habían ido a buscar a sus familiares. También había personas que estaban allí como voluntarios para ayudarnos a escribir las solicitudes, tranquilizarnos, ofrecernos agua y manzanilla. Nos llevaron a todos a unos autobuses con los agentes de policía antidisturbios, que nos transportaron junto a la Estela (Monumento a la victoria en la II Guerra Mundial en Minsk), donde estaban los furgones policiales. De ahí nos llevaron al centro de prisión preventiva en la calle Akrescina, dice Andrei.
Según Andrei, fue detenido el 10 de agosto aproximadamente a las 23.50 horas y liberado el día 14, aproximadamente a las 3.15 A.M. No hubo juicio contra él, tampoco recibió el acta de infracción administrativa.
– No entiendo el porqué me habían detenido.
– ¿Y no se lo explicaron verbalmente?
– Si puede servir de explicación el que estás de rodillas, con las manos detrás de la espalda con los policías encima de tí gritando: «¿Y que c*ño hacías en la Ploscha?», entonces sí, me lo explicaron. (Ploscha, en esp. Plaza, palabra que se utiliza como epíteto de protestas tras las elecciones en Belarús, comentario del traductor)
Andrei dice que no fue golpeado, tampoco le tenían en la calle mucho tiempo, al contrario de los relatos de muchos de los detenidos que recientemente fueron liberados del centro de prisión preventiva .
– Eso ocurría con la gente que estuvo entrando a nuestra celda durante el 11 de agosto. Tiene capacidad para seis personas. Pero dentro había como mínimo 19 personas y máximo 32. Un día y medio no nos daban de comer. El agua era del grifo que nos permitían echar en dos botellas de plástico, de las cuales bebían todos. Al principio había un pequeño trozo de jabón que gastamos rápidamente. Solo al tercer día los empleados nos proporcionaron otro. Tampoco había papel higiénico, apareció después, describe las condiciones en las que pasó más de 72 horas el médico de reanimación.
Al segundo día de su detención a la celda de Andrei Vitushko fue trasladado Vladislav Sokolovski, uno de los dos ingenieros de sonido del Palacio de Niños y Juventud (institución de educación complementaria), que puso la canción «Peremen» en la Jornada de puertas abiertas de las instituciones de educación complementaria, celebrada el 6 de agosto en el parque “Kievski” de Minsk. Por este acta los jueces del distrito Central de Minsk le condenaron a él junto con su compañero Kirill Galanov a 10 días de arresto administrativo.
– Durante los primeros cinco días a Vladislav le tenían en la sagenta. Es un pequeño local sólo con una cama plegable fijada sobre la pared que se puede desplegar sólo de noche, un grifo con una papelera en vez de pila, y el famoso “parasha”, es decir, orinal. Vlad me dijo que dentro había pasado frío y en el suelo había cloruro de cal. Según él, los primeros dos días no le dejaban dormir, simplemente no le permitían reclinar la cama, por esto tenía que estar sentado en el taburete o en el suelo. Y los otros tres días por fin le permitieron dormir por la noche. Está claro que no le entregaron ningún paquete desde fuera.
Cinco días después, Vlad fue trasladado a la celda de Andrei. Entró en la celda vestido sólo con ropa interior.
– Lo trasladaron en calzoncillos y descalzo. Dijo que la ropa le habían quitado. Vladislav es un joven normal, educado, bueno e inteligente. Se mostraba de buen ánimo. Se sentía que le era difícil todo esto, pero está aguantando. Se alegró de la solidaridad de la gente y de que se acordaran de él. Le ha sorprendido que para él y su compañero Kirill Galanov le hayan recaudado fondos. Estaba preocupado de que le podían acusar de algunos delitos más para vengarse de lo sucedido aquel día. Tratamos de convencerlo de lo contrario, de que ahora estaba bajo una fuerte supervisión pública.
Andrei Vitushko dice que muchos detenidos en el centro de prisión preventiva habían hablado sobre Vlad. Y del segundo chico, Kirill Galanov, no ha escuchado nada.
– Lo principal es que ahora con la euforia de que a miles de personas están poniendo en libertad ahora tras tres días de prisión, no nos olvidemos de los que lo están pasando mal y cuyos derechos se violan. Es por eso que he decidido dirigirme a vosotros. No hay nada que hacer en la celda. Estás inmerso en tus pensamientos, por lo que es crucial tener algo para leer allí. Necesitas algo para ocupar tu mente. No le vendría mal ducharse, caminar, recibir paquetes, todo está previsto por la ley, tiene derecho.
Finalmente, Andrei expresa su agradecimiento a sus colegas, que durante dos días salían a la avenida Dzerzhinsky con su foto, se opusieron a la violencia y exigieron la liberación de los compañeros detenidos.
– Estoy muy emocionado con las acciones de mis compañeros. Estoy increíblemente impresionado. ¡Gracias a todos!
Según nos dice Natalia Galanova, la madre del director de sonido detenido Kirill, todavía no sabe dónde está su hijo, a pesar de que después de su arresto han pasado nueve días.
— Hemos llamado a todas las cárceles preventivas, prisiones, hospitales. Todos dicen que mi hijo no está allí.
Natalia dice que el 6 de agosto, cuando detuvieron a su hijo, de una prisión salió un chico que comentó que se encontraba en la misma celda con Kirill.
— Llamamos allí inmediatamente y nos dijeron que no lo tenían. Empezamos a llamar a Zhodino (una prisión en la ciudad cercana a Minsk, comentario del traductor), donde, según nos comentaron, habían llegado cuatro furgones policiales. Kirill estaba en las listas. A la mañana siguiente le llevamos un paquete, y entonces nos dijeron que no estaba allí. Fuimos tres o cuatro veces sin ningún resultado.
Natalia lleva ya muchos días haciendo guardia junto al edificio, esperando que el nombre de su hijo aparezca en las listas actualizadas.