7 febrero 2021 | Viktor Shenderovich, echo.msk.ru
Hoy en Stuttgart, una de las líderes de la protesta belarusa, Maria Kalesnikava, recibirá el Premio de Derechos Humanos 2021 de la Fundación Gerhart Baum. El premio lo recogerá la hermana de Maria: ella misma lleva presa desde septiembre del año pasado…
Viktor Shenderovich a Aliaksandr Lukashenka
¡Aliaksandr Ryhoravich!
Somos casi conocidos: hace unos años, su secretaria de prensa me llamó para decirme de su parte que no hay censura política en Belarús, y puedo ir allí a dar conciertos. Le pedí que transmitiera rápidamente esta buena noticia a los directores de las salas de conciertos, porque simplemente no estaban al tanto y pensaban que había censura política en Belarús.
Pero ahora no se trata de eso, sino de Maria Kalesnikava.
Con ella ha tenido usted muy mala pata: después de que resultara que Babaryka en la cárcel era menos dañino que su secretaria de prensa en libertad, quiso usted empujar silenciosamente a Maria fuera del país, pero ella, inesperadamente, resultó no ser un objeto, sino una persona. Esto sucede a veces, y es una gran molestia para líderes de su magnitud, que nacieron para gobernar a las masas, pero que no entienden en absoluto qué hacer con las personas libres.
Maria frustró su brillante operación especial. Rompió su pasaporte en la frontera con Ucrania y se quedó en su tierra natal, su patria; desafortunadamente, también la de usted.
Y luego le «cosió» usted una causa penal (bueno, supongo que se acuerda).
Pero este delito no se le ha pegado a Maria para nada: las costuras se abren y los hilos blancos se le meten en los ojos. Juzgue usted mismo: si ella hizo daño al estado, ¿por qué intentaron deshacerse de ella en lugar de arrestarla de inmediato? ¿Y por qué rompió ella su pasaporte si quería huir? No todas las personas de Belarús son esquizofrénicas, Aliaksandr Ryhoravich. Maria (tengo el honor de conocerla personalmente), créame, es una persona excepcionalmente normal, de mente clara y voluntad indivisa. Además, ¡sabe tocar la flauta! Y ese oficio es casi tan difícil como el trabajo de un instructor político. (Hay más información sobre esto en la obra «Hamlet»; pídale a alguien que se la resuma con sus propias palabras).
Bueno, sobre Maria. Debe ser puesta en libertad, Aliaksandr Ryhoravich. Honestamente, ya va siendo hora. Ya ha demostrado usted su increíble dureza al enfrentarse a personas desarmadas; se comunica directamente con los dioses y ellos le dicen los resultados correctos de las votaciones; es usted un genio a escala regional y, después de la muerte de Chávez, casi no queda nadie congelado a su nivel de profundidad, lo sabe todo el mundo: si deja usted ir a Maria Kalesnikava, nadie le reprochará su falta de crueldad o inclinación al liberalismo. No le amenaza tal mancha en su reputación.
Y puede que se reduzca un poquito la vergüenza. Por Dios.
Y tal vez incluso algún político occidental descuidado decida después de eso que se puede hablar con usted…
Piénselo, ¿eh?
El problema sigue estando en las costuras: ya no puede fingir que Maria Kalesnikava no existe, y cualquier sentencia volverá a llamar la atención del mundo sobre su fisonomía espiritualizada, radiante con el bien acumulado, y el país que sigue usted amando públicamente sin preocuparse demasiado por los sentimientos del mismo.
Un viaje de mil millas comienza con un primer paso, dicen los chinos, a quienes ahora escucha usted mucho, ya que nadie más entra en diálogo con usted.
Dé el primer paso. Libere a Maria Kalesnikava.
#freekalesnikava