31 octubre 2020, 08:49 | BELSAT
El fondo de solidaridad ha anunciado que va a apoyar a los estudiantes expulsados con dinero y ayudándolos a encontrar una plaza en una universidad o centro de estudios superiores extranjero para continuar sus estudios. En 24 horas se han dirigido a BYSOL 30 estudiantes.
El fondo de solidaridad ayudará económicamente a los estudiantes que hayan sido expulsados de sus universidades por su postura cívica.
«Esta suma se calcula en base a la beca media que se otorga en el país. A cada estudiante expulsado por razones políticas le daremos un pago de 200 euros: más o menos la beca de cuatro meses», explicó el cofundador del fondo Andréi Stryzhak.
Según sus palabras, esta nueva meta de BYSOL no va a ralentizar los pagos para aquellos que se dirigen al fondo por haber perdido su trabajo: «No aumentamos la carga de los verificadores del fondo que están trabajando ahora, sino que destinamos un grupo separado que trabajará solo con los estudiantes. Vamos a intentar acelerar aún más los pagos».
Además del apoyo económico, el fondo promete también ayudar a los jóvenes a seguir estudiando. Ahora están dispuestas a acoger a nuevos estudiantes la Universidad de Vilna, la Universidad Europea de Humanidades, varias universidades letonas y eslovacas, así como el programa Kalinowski polaco. Se está negociando con universidades de los países nórdicos de la UE.
«Recordamos lo que pasó en 2006 y 2010, cuando en Belarús hubo duras represiones contra los jóvenes y muchos dejaron el país para estudiar y se unieron a nuestras diásporas del extranjero, que ahora está haciendo mucho para apoyar a sus compatriotas. Pero, de un modo u otro, estas personas no han vuelto a Belarús», remarcó Stryzhak. «Nuestra principal tarea es ayudar a la juventud de Belarús, y no sacar a la gente del país y llevárnosla a otra parte, sino darle la oportunidad de estar en casa. En el siglo XXI tenemos todas las condiciones necesarias para estudiar a distancia. Es más, debido a la pandemia, muchas instituciones se han pasado o se están pasando a la modalidad de aprendizaje en línea. Por eso, si la persona no está en riesgo de que se abra contra ella un caso penal, no tiene sentido que se vaya a Vilna a una residencia cuando puede estudiar en línea desde casa. Aunque eso requiere una mayor disciplina por parte del estudiante, desde luego».
El modo en que las instituciones acojan a los estudiantes depende de su especialidad y de los propios centros donde la persona solicite continuar sus estudios.
Antes de prestar ayuda revisamos a las personas que se dirigen a nosotros. «No solamente trabajamos a través de nuestro propio formulario, sino también a través de nuestros socios. Es muy importante la verificación: la comprobación de que la persona que se ha dirigido a nosotros ha sufrido y ha sido expulsado precisamente por su actividad política. Porque nuestro programa no es un instrumento para cualquiera que desee irse al extranjero. Ahora tenemos 30 solicitudes», ha explicado el cofundador de BYSOL.
Andréi Stryzhak ha resaltado que todo esto se hace para que los estudiantes no se sientan abandonados: «Apoyamos con todas nuestras fuerzas a los estudiantes que salen ahora a protestar. Para que sepan que tienen detrás a una gran sociedad civil que les ayuda. De nuestra actividad, la de todos, ahora, depende que Belarús se convierta en un estado democrático más pronto que tarde».
● Desde el 28 de octubre se ha producido una ola masiva de expulsiones de estudiantes. Son estudiantes de varias universidades del país. Ya se sabe de 18 casos de expulsión en la Universidad Estatal de Cultura y Arte de Belarús, 20 en la Universidad Estatal de Medicina de Belarús y 9 en la Universidad Técnica Estatal de Brest. Continúan también las expulsiones en Universidad Técnica Nacional de Belarús, Universidad Estatal de Grodno, Universidad Estatal de Informática y Radioelectrónica de Belarús y otras universidades.
● Varios profesores se han negado a expulsar a los estudiantes por razones políticas, entre ellos la decana de la Facultad de sistemas y redes informáticas, Maryna Lukashévich, que luego escribió su carta de renuncia a su cargo.
● La vicerrectora de Investigación de la Academia Estatal de Artes de Belarús, Aliona Bójan, también se negó a firmar la orden de expulsión de sus estudiantes. Ella señaló que estaba en contra de las expulsiones por razones políticas.
● Sviatlana Tsijanówskaya hizo una declaración en la que subrayó que estaba orgullosa de los estudiantes belarusos. Además, acentuó que los estudiantes expulsados tendrían la posibilidad de continuar sus estudios en el extranjero.
● El programa de becas Kalinowski, que facilita el estudio en Polonia, anunció que crearía 1.000 plazas de estudio nuevas para estudiantes belarusos. A su vez, la Universidad Europea de Humanidades proporciona otras 500 plazas de estudio. Los estudiantes belarusos también pueden contar con programas de becas en instituciones checas, eslovacas y eslovenas.