«Me pusieron un saco negro en la cabeza»

Rodnenkov y Kravtsov del Consejo de Coordinación contaron cómo los echaron de Belarús junto a Kolesnikova

8 de septiembre 2020 | KYKY
Source: KYKY

Hoy, día 8 de septiembre, han llegado noticias sobre los desaparecidos María Kolesnikova, Ivan Kravtsov e Anton Rodnenkov. Como ya sabemos, María rompió su pasaporte y así quitó a las «autoridades» la oportunidad de llevarla fuera del país. Los chicos llegaron a Kiev. Allí Rodnenkov y Kravtsov dieron una conferencia de prensa, y KYKY escribió su relato de los últimos dos días.

Secretario de prensa del Consejo de Coordinación Anton Rodnenkov: «Todo empezó ayer. Por la mañana nos llamaron los periodistas, dijeron, que Masha [hipocorístico de María – Nota del traductor] estaba detenida. No conseguimos comunicarnos con ella, vimos que su teléfono móvil estaba en casa y fuimos allí. Entramos a su portal, todo estaba tranquilo. Cuando salimos, vino una furgoneta, de ahí salió gente desconocida, y nos metieron en esta furgoneta. Así empezó nuestra historia.

Fuimos a un departamento del GUBOPyK (Dirección General de Lucha contra el Crimen Organizado). Ahí pasamos unos 40 minutos, no nos explicaban nada. Después me pusieron las esposas, una gorra y me llevaron a otro departamento. En este estado pasé otras cuatro horas. Sin explicaciones.

A las dos de la tarde me llevaron a DFR (Departamento de Investigaciones Financieras), me sorprendió que me llevaran allí. Pero me quitaron las esposas y me pusieron un saco negro en la cabeza. Hasta las siete de la tarde no sucedió nada».

Secretario ejecutivo del Consejo de Coordinación Iván Kravtsov: «A mí y a Anton nos metieron en una furgoneta. Nos llevaron al GUBOPyK (Dirección General de Lucha contra Delicuencia Organizada). Y luego a otro edificio, donde pasé dos horas.

Me estaban interrogando, yo intentaba averiguar mi estado legal: si estoy detenido o soy sospechoso. Estuve con las esposas durante dos horas. Me pusieron una mascarilla, yo hablé con el mayor de DFR (Departamento de Investigaciones Financieras) sobre las dos de la tarde. Desde las tres y media y hasta las nueve de la noche tuve una conversación con tres agentes de paisano. Era imposible averiguar su rango.

Me enseñaron los documentos que supuestamente confirmaban mis «acciones penales».

Me explicaron que si yo me negaba a aceptar la opción que me proponían los agentes, contra mi se iniciará una causa penal. La pena sería de cinco a doce años. Es un artículo de la ley económica.

En esa conversación tuve que tomar la decisión bastante rápido. No sé si todos esos agentes eran del DFR (Departamento de Investigaciones Financieras). Les preocupaba sobre todo el traslado de Kolesnikova al extranjero.

Una de las opciones era que cruzáramos la frontera en mi coche particular. Nosotros solíamos hablar con Masha de este tema, y nuestra posición era no salir de Belarús. Tuvimos una conversación muy larga.

Yo entendí que a María le están intentando trasladar a la frontera a la fuerza. Sobre las 11 de la noche a mí y a Anton nos metieron a un minibús, pasamos por KGB por el camino, allí recogimos a Kolesnikova, tengo razones para creer que ella había pasado todo el día ahí, y todos nos dirigimos a la frontera».

Rodnenkov: «A las 9:30 vinieron dos personas. Dijeron que solo querían hablar, ayudarnos a todos nosotros, y que yo podía ayudar a Iván. Me dijeron que pronto contra Iván se iniciaría una causa penal. Como yo e Iván somos compañeros y amigos, yo también estaría acosado, aunque no tuvieran pruebas.

Dijeron que podría ayudar a Iván, a mí mismo y a todos nosotros. Y ya había una buena solución: iríamos todos a la frontera. Al principio, solo hablaban de mí y de Iván; luego dijeron que Masha vendría también. Hablaban como si todo estuviera ya acordado. Yo lo acepté y a las 22:30 me llevaron.

Me transportaba gente de paisano. Me pusieron un saco negro en la cabeza, pero a los 20 minutos me dejaron quitármelo. Íbamos en fila de 5-6 coches, estaba el coche de Iván también. Nosotros llegamos hasta el control de frontera, lo pasamos sin parar y salimos al territorio neutral; allí nos propusieron pasar al BMW de Iván. Yo me acerqué, Iván estaba dentro, en ese momento apareció María.

A María le llevaban, era obvio que le habían obligado. A la fuerza la metieron al asiento de atrás y cerraron la puerta. Ella gritaba que no iría a ninguna parte. En cuanto vio su pasaporte en el coche lo cogió y lo rompió en pequeños pedazos.

Por el camino los agentes que hablaban conmigo me habían estado dando la idea de que María estaba muy nerviosa y que había que calmarla. Eso me dejó preocupado, pero, cuando la vi, entendí que ella estaba llena de energías y fuerza, como siempre. Y que no tenía intención de irse de Belarús».

Kravtsov: «Después de 12 horas de interrogaciones ella se veía bien. Solo puedo alucinar por sus energías. Según entiendo, en la frontera la recogieron los agentes, porque sin pasaporte no se puede ir a Ucrania».

Kravtsov: «Nos empezaron a llamar para volver. En un momento dado se acercaron los agentes del DFR que ya conocía y vi una furgoneta salir del bosque. Yo aceleré y con una maniobra elegante por la acera huimos de todos los agentes que rodeaban el coche con una fuerza de 128 caballos. Nos empezaron a perseguir. En la frontera con Ucrania nos encontramos con empleados muy comprensivos, muchas gracias a ellos.»

Pregunta: «¿Dónde puede estar María?»

Rodnenkov: «Según mi opinión, está en el KGB. Estas conspiraciones normalmente las llevan al KGB».

Pregunta: «¿Qué va a pasar ahora?»

Kravtsov: «Estamos lejos del apogeo. La forma de las protestas va a evolucionar. Yo no opinaría de la situación en el país por las historias de las persecuciones, es mucho más importante lo que está pasando en las calles del país».

Pregunta: «A ver si entendemos bien vuestra historia: los agentes del KGB os propusieron salir del país para calmar la situación. Vosotros lo aceptasteis, ¿pero dejasteis a María irse?»

Rodnenkov: «En general, sí. Ellos querían insinuar que tres belarusos felices se metieron en una furgoneta azul y se fueron».

Pregunta: «¿Cómo ha sorprendido María al régimen?»

Kravtsov: «Estoy seguro que para el régimen estos actos siempre son inesperados. Ellos hasta ahora creen en los llamados titiriteros. El régimen no puede asumir lo que está pasando ahora, pero la mayoría de la gente lo sabe».

Pregunta: «¿Vosotros tenéis permiso de residencia en Ucrania?»

Rodnenkov: «Si, lo tramitamos cuando éramos voluntarios.»

Pregunta: «¿Qué planes tenéis?»

Rodnenkov: «Comunicarnos con el equipo de Minsk, vernos con los socios de Kiev. No nos ha dado tiempo ni a comer.»

Pregunta: «¿Cuál es el papel del Kremlin?»

Rodnenkov: «En mi historia y la de Iván el Kremlin no estuvo involucrado. El gobierno se puso en una situación complicada, ahora intentar trasladar a Kolesnikova a otro país será absurdo. Por eso es difícil hacer predicciones. Ella decía que nunca dejaría Belarus.»