18 agosto 2020 | Vera Sauchanka, LIVEfeedTrending
Si usted no había oído nunca de Belarús, casi seguro, que eso ha cambiado últimamente, porque este lunes la información del país invadió las portadas del mundo. El país del centro de Europa, que lleva gobernado por el último dictador de Europa, Alexander Lukashenko desde 1994, ha enviado su mensaje claro: el tiempo del dictador se acabó.
Mientras todas las elecciones previas en Belarús normalmente se reconocían por la comunidad internacional como injustas, ni tampoco libres, las elecciones presidenciales del año 2020 han mostrado ser las más violentas: los candidatos principales fueron encarcelados, centenas de ciudadanos arrestados. Amnistía Internacional lo describió como «purga total». No han dejado entrar a las comisiones electorales a ni un supervisor internacional o independiente, y los protocolos finales no han sido mostrados a los ciudadanos.
Durante los primeros días de elecciones más de 4000 violaciones han sido registradas. Las comisiones electorales, que han contado honestamente los votos, enseñaron mayor éxito de la candidata alternativa Svetlana Tikhanovskaya sobre el presidente actual Alexander Lukashenko. A pesar de eso, la Comisión Central Electoral cerró las urnas con la victoria abrumadora de 80.1% de Lukashenko.
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Para protestar contra las falsificaciones la gente por toda Belarús y en el extrangero tomaron calles. La policía belarusa ha usado cañones lanza-agua, granadas aturdidoras y balas de goma contra los protestantes pacíficos. Como resultado, al menos 3 personas murieron (actualmente 5: nota del traductor), 81 personas desaparecidas, y centenares de personas están gravemente lesionadas. Solo en tres primeros días ya había 6700 personas metidas en la cárcel. Hay evidencias de gente golpeada fuertemente durante la condena. El número exacto de víctimas queda desconocido. Los expertos comparan la violencia y crueldad que el gobierno belaruso usó contra su propio pueblo con la meta de callar a la gente con Blitzkrieg que Hitler empezó en 1941. Por encima de todo ello, durante los tres días seguidos de 9-11 de agosto el internet ha sido totalmente cortado, y el país fue metido en el aislamiento informativo total. Según las autoridades belarusas, eso ha sido «un ataque DDOS del extranjero». Aunque ninguna información más al respecto no ha sido proporcionada.
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Alp Toker, el director de la organización no gubernamental que da seguimiento a la ciberseguridad y gobernanza del Internet NetBlocks ha señalado que no había «señal del ataque externo».
«Cuando comenzaron los apagones se filtraron tantas cosas que era difícil distinguirlos e informar de ellos. En teoría, eso puede provocar el corte total de Internet, difícil de evitar», – dijo Toker.
Estados Unidos, Unión Europea, Reino Unido, Irlanda, Ucrania, Canadá y otros países han publicado declaraciones oficiales condenando el terror y violencia de derechos humanos y electorales cometidos por el gobierno belaruso. Sr. Lukashenko no ha sido reconocido como presidente legal por la comunidad internacional.
A pesar de violencia terrorífica, supresión de votos, palizas, asesinatos, y un vacío total de información, los belarusos no se rinden, enseñando al mundo entero cómo resistir a la opresión. Las protestas pacíficas continúan hasta ahora. Desde el 11 de agosto, ha empezado una huelga nacional. Las demandas principales son simples y directas: la dimisión inmediata de Alexander Lukashenko, liberación de todos los presos políticos, y acusación de todos los que participaron en palizas y asesinatos de protestantes pacíficos.
Los mítines en apoyo de Belarús, también conocidas como Cadenas de Solidaridad con Belarús, se convirtieron en movimiento internacional y ya se han realizado en más de 100 ciudades fuera de Belarús, en cinco continentes del mundo. Por quinta vez durante estos últimos dos meses, los belarusos de San Francisco y Norte de California se han unido a las Cadenas mundiales de Solidaridad con Belarús. Mirad nuestro video para ver como son.
