Cinismo y desprecio por su gente
28 febrero 2021 | Voice of Belarus
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Lukashenka se reunió con el presidente ruso Putin en Sochi. Las negociaciones duraron más de seis horas, pero ninguna de las partes informó nada sobre sus resultados. Solo se puede suponer que las cuestiones de la transición del poder, la detención de Viktar Babaryka y la transferencia de algunos activos belarusos estratégicamente importantes a la parte rusa se plantearon en Sochi.
Según Pavel Latushka, la situación en la que se decide el destino del pueblo belaruso, pero no se informa nada al mismo, demuestra que «los belarusos son esclavos para Lukashenka, meros plebeyos».
Mientras tanto, en el contexto de las flashmobs y acciones de solidaridad en curso, la propaganda oficial ha cruzado la línea del sentido común. Como ejemplo, el ritual de transferir una «carga de energía y determinación» después de un apretón de manos con Lukashenka que fue realizado por primera vez por el comisario militar de la región de Hómel, Andrei Kryvanosau. Esta acción fue el motivo de la transferencia de unos apretones de manos en cadena a funcionarios y militares, aparecieron numerosas historias sobre esto en la televisión estatal y Kryvanosau recibió un premio. Además, la esposa del ministro Uladzimir Makei, Vera Paliakova, dijo en el aire que el ex director del teatro Kupala, Pavel Latushka, fue el culpable del colapso del teatro. «He vivido en este país durante 26 años bajo este estado, y no creo que todo estuviera tan mal», dijo Paliakova. En respuesta, Latushka señaló que los cónyuges Makei «padecen de una profunda hipocresía y una incapacidad para ver la verdad, y las mentiras les brotan naturalmente».
La entrevista de Sviatlana Tsikhanouskaya con el periodista ucraniano Dmitry Gordon se hizo muy popular: obtuvo más de dos millones de visitas en menos de una semana. Durante la conversación, enfatizó repetidamente la brutalidad del régimen. Otra confirmación de esto fue el vídeo de los eventos de agosto en Minsk publicado en Internet. Muestra cómo las fuerzas de seguridad toman un centro comercial y golpean brutalmente a los visitantes.
Se acerca la primavera. Tanto los belarusos como las autoridades se están preparando para ello; después de todo, el 25 marzo, el Día de la Libertad, es una festividad no reconocida por el régimen de Lukashenka. Por tanto, la legislación ya se ha endurecido y las represiones se han intensificado aún más. Se acerca la primavera, ¡lucharemos!
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