En Belarús (Bielorrusia) golpean y detienen a periodistas, nadie se responsabilizará de ello
12 Agosto 2020 at 11:55 | Olga Loiko, TUT.BY
Tienes el chaleco, la placa identificativa, el pasaporte, la acreditación de la redacción y una tarea. Llevas la palabra «Prensa» escrita en el pecho, en la espalda, solo te falta en la frente. Estás registrado y nombrado en todas partes, pero eso no te da ninguna garantía. Más bien al contrario, te conviertes en un blanco fácil y cómodo.
Los primeros periodistas que sufrieron las consecuencias fueron nuestros colegas rusos. Resultó perjudicado el periodista del portal «Meduza» Maksim Solopov: pasó más de 40 horas incomunicado. Fueron detenidos los corresponsales del Daily Storm Anton Starkov y Dmitri Lasenko; junto a ellos en el furgón de transporte de detenidos resultó estar Semion Pegov de WarGonzo.
El Ministerio del Interior de Rusia y su embajada «sacaron» rápido a sus ciudadanos, no sin reprochar a sus colegas belarusos que un país que había pasado con tanta elegancia la pandemia del coronavirus podría haber otorgado a los periodistas extranjeros la acreditación necesaria para las elecciones de forma puntual y ordenada.
Pero a los belarusos nos trataron bien esa primera noche. O es que solo tuvimos suerte. No nos golpeaban, no nos detenían en la «limpieza» total, sugiriendo con palabrotas que nos apartáramos cada vez que por distraernos quedábamos demasiado cerca a los agentes policiales. Gracias por perdonarnos la vida, supongo.
Ya al día siguiente nuestros colegas empezaron a pasarlo peor. La periodista de «Nasha niva» Natalia Lubnevskaya fue herida en la pierna por una bala de goma; La corresponsal fotográfica de TUT.BY no fue herida gravemente de puro milagro: una carabina le atravesó la placa identificativa que llevan en el pecho todos los periodistas. «Nasha niva» escribió que los periodistas estaban juntos en un grupo y llevaban chalecos que los identificaban. Contra los trabajadores de los medios de comunicación abrieron fuego unas personas con uniformes de color caqui.
El mismo día junto al cine «Avrora» sufrió una conmoción la corresponsal fotográfica del canal de televisión BELSAT Tatiana Kapitonova. Junto a ella estalló una granada aturdidora.
Cada día más. El 10 de agosto desapareció el redactor de «Nasha niva» Yegor Martinovich, al que le dio tiempo a enviar a sus colegas mensajes pidiendo ayuda. Fue arrestado, y la policía hasta prometía encontrarlo. La velocidad de la búsqueda nos llevó a pensar que podrían haberlo golpeado durante el arresto, ya que no se dan ninguna prisa para encontrar a una persona con todos los papeles en regla que debe estar en manos de la policía.
El reportero de TUT.BY Stanislav Korshunov fue detenido por la tarde del 11 de agosto en Brest durante el ejercicio de sus responsabilidades profesionales, y tampoco ha sido liberado. En la Oficina de Asuntos Internos local se negaron a proporcionar a la esposa de Stanislav la información sobre dónde habían detenido a su marido y por qué. Más tarde, el jefe de la policía de Brest Aleksandr Astreiko declaró que Stanislav está ahora en prisión preventiva en la Oficina de Asuntos Internos del distrito Leninski de Brest, y que tendrá que demostrar que es periodista ante un juez.
«Sobre Stanislav se abalanzaron unos diez policías antidisturbios. Llevaba un chaleco que ponía TUT.BY con letras grandes por los dos lados, y cuando lo arrestaron estaba gritando que era representante de la prensa. Parecía que lo hubieran atacado a propósito: no tocaron a otros periodistas que caminaban junto a él,» declaró a TUT.BY Denis, testigo de los hechos.
Solo nos queda reproducir la lista. Fue víctima el cámara de TUT.BY Vsevolod Zarubin, el que recibió un golpe en la pierna. La policía destrozó la pantalla de su cámara y se llevó el pendrive que contenía los vídeos que había grabado. Al fotógrafo de TUT.BY Vadim Zamirovski le arrancaron la placa identificativa y le arrebataron el pendrive de trabajo. También les quitaron los pendrives llenos de materiales a los fotógrafos de TUT.BY Daria Buriakina, Sergei Grits de «Associated Press» y Nadezhda Buzhan de «Nasha niva».
En Grodno también trataron de detener a la reportera Olga Komiaguina, que llevaba un chaleco de TUT.BY y trató de esconderse de los policías que perseguían a la gente cuando empezó una dura persecución en la calle Gornovikh de los pocos ciudadanos que estaban de pie y sentados en los escalones del Puente antiguo de la ciudad. Diez personas, incluyendo varios reporteros de TUT.BY y del portal local Hrodna.life, se escondieron en una tienda a la que seguidamente entraron los antidisturbios y comenzaron a arrestarlos con ensañamiento. Olga pudo escapar, pero el OMON consiguió atrapar al reportero de Hrodna.life Ruslan Kulevich, a su mujer embarazada y a otros ciudadanos de Grodno. El portal Onliner informó de que se había arrestado con violencia a sus corresponsales en Minsk: el fotorreportero Vladislav Borisevich y el reportero de vídeo Sergei Ptushko. A este último le rompieron la cámara. Una hora después de ser detenidos se los liberaron por la intervención del servicio de prensa del Ministerio del Interior.
El servicio ruso de la BBC ha anunciado que un grupo de hombres con uniformes negros y sin signos identificativos se acercó a sus periodistas en Minsk. Uno de ellos les exigió mostrarles su acreditación, que los periodistas llevaban encima. Después uno de ellos arrancó la placa del cuello de un corresponsal y le arrancó la cámara de las manos. La BBC ha declarado que golpearon al operador pero no arrestaron a los periodistas.
En el barrio de Serebrianka golpearon con porras en las piernas al periodista de «Komsomólskaya Pravda» Gennadi Mozheiko, que llevaba un chaleco con la palabra «Prensa» y un casco, según declaró este medio. Estaba en su coche con el conductor cuando se acercó la policía y les pidió que salieran del vehículo.
Seguramente la Unión de Periodistas de Belarús comentará con cólera los abusos y arrestos de los periodistas. «Es culpa vuestra por incumplir la ley», responderá la policía. El Ministerio de Información se quedará callado, ya nos advirtió (en otro artículo se puede leer la advertencia que nos dio). Y, si no lo habéis entendido, el Ministerio no tiene la culpa. Por los extranjeros hablarán las embajadas y Ministerios de Asuntos Exteriores.
Sin embargo, si las protestas continúan, hoy tendremos que volver a salir «al campo». Porque ese es nuestro trabajo: hablar de lo verdaderamente importante.